lunes, 23 de julio de 2018

¿Valores?

Todavía con la resaca de un Mundial de Fútbol de los más aburridos que recuerdo, me dispongo a deleitaros, en este verano tan raramente fresquito, con un texto sobre los valores en el fútbol. Esos valores a los que tanto apelan los periodistas cuando hablan de la selección española. O de determinados jugadores como Xavi, Iniesta o Casillas, por citar a algunos. Esos valores con los que se les llena la boca a algunos presidentes-empresarios cuando hablan de su club.

¿Valores? Por más que le doy vueltas al asunto, el único valor que yo veo en el fútbol de hoy en día es el dinero, que manda, y mucho, en el mundo de este deporte. Los jugadores, en general, van trazando su itinerario profesional en función de quién les paga más. Todos los años, o casi, vuelven a negociar su contrato, siempre al alza. Muchas veces, uno o dos años después de haber firmado un nuevo contrato con una estimable subida de sueldo, vuelven a llamar a la puerta del presi: oye, jefe, que ahora valgo más, anda, auméntame la nómina, que si no, me piro, vampiro.


¿Valores? Me viene a la mente el ex-jugador del Barça, Xavi Hernández, uno de los más queridos por los medios deportivos, como ejemplo de elegancia y saber estar, cuando le preguntaron por sus declaraciones contra la democracia española y le recordaron que juega en Qatar, un país que pisotea continuamente los derechos humanos, a lo que respondió: "es cierto que no hay un régimen democrático, pero la gente es feliz. Están encantados con la familia real, llevan sus fotografías en el coche, les dan un sueldo por ser de allí, cuidan a sus ciudadanos...". Toma valores.

¿Valores? También me acuerdo de todo el lío de Lopetegui este verano. Por lo que sé, y corregidme si me equivoco, el tipo acababa de renovar por dos años con la selección el pasado mayo, pero, ni dos meses después, le pasa el tren del Madrid por delante, y ni duda dos veces en subirse, pasándose por el forro el compromiso recién adquirido y, además, por detrás, sin hablarlo con su actual "empresa". Ah, y días antes de empezar el mundial, dejando a su amada selección en una extraña y rocambolesca situación. Toma valores.


Valores. Didier Drogba, el archiconocido jugador de fútbol de Costa de Marfil, cogió el micrófono tras ganar el último partido de clasificación para el Mundial de 2006 contra Sudán y conminó a sus compatriotas, enzardados en una cruenta guerra civil desde 2002, a dejar sus diferencias y a entenderse. A la semana, se convocaron elecciones populares en su país y a los pocos meses terminó la guerra. En la actualidad, Drogba sigue con la actividad de su Fundación, centrada en proyectos de educación y salud en su país. Estos sí que son valores.

Valores. Kanouté, el gran delantero francés que eligió jugar con la selección del país de sus progenitores, Malí, es otro ejemplo de futbolista solidario. En 2009 fue multado por celebrar un gol con una camiseta en la que ponía PALESTINA. Sí, vivimos en un país en el que te multan por eso, o por contar un mal chiste en Twitter. En 2007 compró, por 500.000 euros, un local en Sevilla en el que se alojaba una mezquita cuyo uso religioso peligraba. En la actualidad continúa con su proyecto la Ciudad de los Niños, en las afueras de Bamako (Malí), dedicada a acoger niños huérfanos y desaparecidos. Estos sí que son valores.


Valores. También está el caso de Javi Poves, futbolista que debutó en Primera en el Sporting, peró dejó el fútbol al poco tiempo, donde solo veía "dinero y corrupción". Hace dos años fundó el Móstoles Balompié con la idea de crear un club diferente, donde los niños no sean solo mercancía.Toma valores.

Y, rebuscando, podría seguir, aunque no hay muchos casos. En el mundo del fútbol, lo que prima es el dinero, acumular ingentes cantidades de él, para no sé qué, jugar allá donde paguen más. Y que conste que me no critico a los jugadores, que no son más que personas. Allá cada uno con sus ideas y forma de vivir, pero con lo que no puedo es con el babeo y peloteo de muchísimos periodistas hacia los jugadores de fútbol, a los que idolatran, sobre todo cuando juegan bien, y a los que asignan unos valores de los que en realidad carecen. Déjenlos en paz. No son santurrones. Se dedican a pegarle patadas a un balón, y poco más. Señores periodistas, si quieren hablar de valores, no hablen del Madriz, ni del Barcelona. Dediquen su tiempo a gente como Drogba, Kanouté o Poves.