martes, 21 de marzo de 2017

Ni los gorriones se escapan

El gorrión era un pájaro especialmente querido por mi padre, pajarero empedernido. Su aspecto regordete, sus andares saltarines y su fácil adaptabilidad a la vida urbana, lo hacía particularmente especial en su personal panteón avícola. Lo recuerdo, a mi padre, casi obsesionado los últimos años de su vida con la ausencia de pájaros en su jardín, que cada año iba a peor, colocando todo tipo de artilugios para atraerlos, sin éxito.

El pasado lunes, 20 de marzo, fue el Día Mundial del Gorrión. La situación de este simpático pajarillo no es ni mucho menos buena en nuestro país. Según la organización ecologista SEO/Birdlife, hay 25 millones de gorriones menos ahora que en el año 2.000. El declive comenzó en el año 1.998 y, desde entonces, no ha hecho más que aumentar.

En España hay cinco especies de gorriones, el común, el molinero, el moruno, el chillón y el alpino. De éstas, las dos primeras son las que están protagonizando el declive en el número de ejemplares, sobre todo en nuestras ciudades. Sin embargo, el moruno y el chillón, menos dependientes de la actividad humana para su supervivencia, han aumentado sus poblaciones desde el año 1.998. El alpino está sufriendo en sus magras carnes el cambio climático, que está reduciendo su hábitat, las cumbres montañosas donde hay neveros, en pleno retroceso.

Las causas son múltiples: en las ciudades, la contaminación, la dificultad para anidar en edificios cada vez más planos y herméticos, la reducción de la superficie de zonas verdes, donde se alimentan... En el ámbito rural, la despoblación, favorecida por la intensificación en el cultivo agrícola, y el uso de pesticidas, son algunos de los factores que están fomentado su desaparición también en el campo.

Es evidente que algo no estamos haciendo bien cuando un ave que nos lleva acompañando milenios en nuestras andaduras por el planeta no encuentra acomodo a nuestro lado. Nosotros tenemos médicos, hospitales y pastillas que nos solucionan los problemas de salud. Pero ellos no. Dependen de nosotros para tener un hábitad adecuado. Con oquedades donde construír sus nidos y zonas verdes sanas y llenas de insectos con los que alimentarse. No piden mucho más. Pero no les estamos dando ni eso.

Vivimos en ciudades cada vez más inhóspitas y contaminadas. Cada vez más ruidosas y grises, donde imponen su dictadura el coche, el hormigón y el vidrio. Ni los gorriones se escapan de esta locura urbanizadora de la especie humana que está destruyendo el planeta. Desde SEO hacen las siguientes recomendaciones, para intentar revertir esta situación:
  • Instalar comederos, son de gran ayuda para los gorriones especialmente en invierno.
  • Instalar nidales en tu jardín o terraza.
  • Practicar la jardinería sin pesticidas.
  • No podar en abril y en agosto que es cuando anidan.
  • Poner un cascabel a los gatos, evitará que pueda cazar gorriones.
¿Os animáis a echarles una mano?

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