viernes, 21 de julio de 2017

El muro de los improperios

Según la RAE, improperio es "injuria grave de palabra, y especialmente la que se emplea para echar a alguien en cara algo". También es, en plural, los "versículos que se cantan en el oficio del Viernes Santo, durante la adoración de la cruz". Para los creyentes, los reproches de Cristo al pueblo que lo ha rechazado, hablando en plata.

Hace tiempo que vengo observando que el muro de Facebook, el mío, concretamente, está albergando, cada vez más a menudo, discusiones, trifulcas cibernéticas entre amigos a los que aprecio y conozco que, por otra parte, nunca se han visto las caras y desconocen absolutamente la trayectoria vital de cada uno. Mi muro, en el que publico mis pensamientos, mis gustos, mis fotos, mis viajes, mis ideas y mis idas de olla, está convirtiéndose en lugar de encendidas discusiones entre desconocidos que, a veces, acaban tirándose los trastos a la cabeza. O casi.

No está en mi ánimo crear este tipo de situaciones, ni soy persona amante de la discusión, sino más bien del debate. Me jacto de tener amigos de variadas ideologías, me gusta poder hablar y debatir con personas contrarias a mi pensamiento, siempre que lo hagamos desde el respeto, sin levantar la voz, argumentando. No quedan muchas personas así, pero alguna hayla.

Me gusta pensar que, por delante de nuestra forma de ver la vida, la sociedad, el país donde vivimos, está la persona. Que ríe, que llora, que siente, que anhela, que sueña, que tiene frío, que caga, que mea. En eso todos somos iguales. Y es lo que a mí me importa. Y es lo que pongo siempre por delante. Por eso, cuando se encienden las almas, cuando los debates se convierten en trifulcas, suelo bajar la voz, acabo callándome. La salvamización que está sufriendo nuestra sociedad no me gusta, no me interesa, no me divierte.

Así que, llamadme cobarde si queréis, pero, a partir de ahora, voy a censurarme en mi muro. Dejaré de poner, al menos durante un tiempo, cualquier cosa que tenga que ver con la política patria, o con la religión, o con cualquier cosa que crea que pueda prender los ánimos de alguno de mis amigos. Amigos a los que aprecio, por cierto, por eso os tengo en Facebook. Me limitaré a poner cosas de allende los mares, de El Mundo Today y vídeos de gatitos. Con esos nunca hay problema.

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