martes, 18 de abril de 2017

No está mal

Hace cosa de un mes ví una oferta de empleo en el SAE (Servicio Andaluz de Empleo) que me iba como un guante. ¡Aleluya! Es la segunda oferta que me llega en años. Bueno, para ser exactos, no me llegó: el SAE no te ofrece la opción de crear una alerta de forma que te lleguen las ofertas que te pueden interesar a tu correo electrónico, sino que te obliga a bucear en su "maravillosa" web para ver los anuncios de empleo que van publicando.

Sigo. Veo una oferta para un arquitecto, en San Juan de Aznalfarache. Mía, me digo. Le doy al botón de "enviar CV" y me llevo la primera sorpresa. Misteriosamente, no puedo enviar mi CV para postularme, sino que me obligan a ir a la oficina del SAE que me corresponde. Ea, a tomar por c... Tengo que ir a la oficina del SAE en Bollullos de la Mitación a no sé qué trámite presencial.

Total, que pido cita online (esto sí me dejan hacerlo cibernéticamente) y me planto allí al día siguiente, emocionado ante la posibilidad de un puesto de trabajo del que desconozco prácticamente todo. Es temprano y no hay mucha gente. Parece que los despertadores de los desempleados no han funcionado como debían esta mañana. O que la desesperanza está ganando la batalla en ellos. Me llaman por megafonía y me presento ante la funcionaria de turno. Nueve y media de la mañana, cara de pocos amigos, sensación de hartazgo en todo su ser. Le informo del motivo de mi visita y, remolona, comienza a teclear en el ordenador y a pulsar compulsivamente en el botón del ratón que tiene en su mano izquierda.

¿Eres arquitecto? Sí. ¿Inglés? De sobra. ¿Autocad? Of course. ¿Office? Nivel experto. ¿Por qué he tenido que venir y no he podido postularme online? Es que esta oferta es nuestra. Me quedo perplejo ante tan filosófica respuesta y decido no profundizar en el tema. ¿SAP? Sí, le digo. No lo tienes aquí apuntado. Te lo apunto. Sin pedirme ningún papel, certificado o título me declara experto en SAP, un software de gestión empresarial. Por supuesto, sé mucho de SAP, le digo.

Después de este interesantísimo intercambio dialéctico, aprovecho para preguntarle por una oferta que había, de éstas suculentas, de seis meses de contrato, de arquitecto, para desempleados de más de 30 años, a la que no me han llamado, teniendo el perfil cuasiperfecto. ¿Cuánto tiempo llevas desempleado? Pues la última vez que me apunté fue en julio del año pasado, así que llevo unos 9 meses, aunque en realidad son varios años, en total. Mmmmmmm, me dice, no está mal, pero no ha sido suficiente, porque otros candidatos llevaban más tiempo desempleados.

Me voy de allí con las ideas claras. Si quiero conseguir trabajo en el Servicio Andaluz de Empleo, tengo que perserverar y continuar parado todo el tiempo que pueda. Para conseguir trabajo allí, hay que estar muy parado. Lo más parado posible. Así que creo que, si sigo así, terminaré consiguiéndolo, porque, según la funcionaria, mi nivel de desempleo, no está mal.

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