viernes, 11 de marzo de 2016

Vergüenza

Vergüenza. Es lo que sentí el otro día cuando me enteré del principio de acuerdo entre la Unión Europea y Turquía que permitirá devolver a territorio turco a los refugiados que han llegado a Grecia de forma fulminante. Según Oxfam Intermón, "El pasado 8 de marzo, los Veintiocho miembros de la UE establecieron un principio de acuerdo con Turquía para devolver al país vecino a todo migrante que llegue a las costas griegas. El acuerdo final entre la UE y Turquía debe firmarse en la reunión del Consejo Europeo los días 17 y 18 de marzo."

Ea, a Europa, la de la Democracia y los Derechos Humanos, la del Estado del Bienestar, la de la lucha contra el Cambio Climático, no se le ocurre otra solución al problema sirio que la patada en el culo a todos los que huyen de la muerte y el caos en su país en busca de lo que todos queremos, una vida.

Pensando sobre el tema se me ocurrió investigar qué nos llega de Siria a Europa y me encuentro con el Observatorio de Complejidad Económica (OEC), del famoso y prestigioso Instituto de Tecnología de Massachusetts (MIT). En su web hay muchísimos datos sobre la economía mundial y, cómo no, sobre la economía de Siria y sus relaciones internacionales.

Según el OEC, Siria es la 148 economía exportadora del mundo. Evidentemente, las exportaciones han disminuido enormemente con la guerra, pero tienen datos de 2013, cuando ya había estallado el conflicto. Siria exporta principalmente a Asia y África, constituyendo las exportaciones a Europa tan sólo el 15 % del total. De este 15 %, lo que más exporta son hortalizas, textiles, metales y productos de animales. Por curiosear un poco más, busco qué exporta Siria a Alemania, el país que más sirios acoge, por ahora. Sorprendentemente, encabezan la lista órganos de animales, con un 39 % de las exportaciones de Siria a Alemania. A estos les siguen las especias, el aluminio y productos agrícolas.

Total, que ahora mismo, según vemos en los medios, y si se firma el acuerdo el próximo 17 o 18 de marzo, entre Europa y su fiel lacayo Turquía, un hígado de cerdo, los ojos de una cabra o los riñones de una vaca tendrán más posibilidades de entrar en Alemania que cualquier sirio que, jugándose la vida, intenta lleg
ar en nuestro pequeño y egoísta paraíso, buscando tan sólo un futuro, una vida, que su propio país le niega tozudamente. Una imagen que dice mucho de la Europa del siglo XXI. Vergüenza.

Nota: Si queréis evitar la firma del acuerdo, entrad en este enlace.

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