miércoles, 22 de febrero de 2012

La estupidez humana

En la National Geographic de febrero (versión en inglés) hay una noticia en la que se habla del aumento en los robos de cuernos de rinocerontes en museos europeos a lo largo de 2011. Parece ser que, desde que circulan por Asia rumores que dicen que estos cuernos curan el cáncer, su valor se ha disparado en el mercado negro hasta igualar al del oro o la cocaína, y, como consecuencia, ha habido un aumento importante de los robos de cuernos de ejemplares disecados en museos de toda Europa. De hecho, en algunas ocasiones no se han conformado con cortar el cuerno, sino que se han llevado la cabeza completa, que puede llegar a pesar más de cien kilos. Así que muchos museos se han visto obligados a sustituir los ejemplares disecados por imitaciones, para evitar males mayores. Uno de ellos es el Museo-Acuario de la Universidad de Lieja, en Bélgica, donde un cartel informa a los visitantes de que el rinoceronte que están viendo es una imitación, "debido a la estupidez humana".


La estupidez humana tiene muchas variantes, puede ser congénita, puede ser debida a la educación recibida, pero quizás uno de los elementos creados por el hombre que más estupidez genera es el dinero. En el caso que nos ocupa, a nadie se le ocurriría la estupidez de entrar en un museo para robar un cuerno de rinoceronte si no le dieran un pastizal por ello. Pero hay infinidad de ejemplos parecidos. Por dinero participa la gente en algunos concursos televisivos que atentan contra su dignidad de forma palpable. Por dinero se metieron los Estados Unidos con algunos otros países amigos en la guerra de Irak. Por dinero estarían dispuestos Esperanza Aguirre y Artur Mas a aceptar las rocambolescas y abusivas condiciones que impone el magnate americano Sheldon Adelson para instalar su macrocomplejo de casinos Euro Vegas.

Vivimos en una sociedad en la que el dinero ha pasado de ser un medio de pago a convertirse en un codiciado bien en sí mismo. La afición de muchos inversores y especuladores al papel moneda nos ha llevado a la crisis económica en la que estamos sumidos y de la que no saldremos si el dinero no vuelve a su papel original, de medio de pago, con una economía real detrás que lo sustenta. Desgraciadamente, no parece que la mayoría de nuestros políticos y gobernantes se estén enterando de esto. ¿Será, quizás, que la estupidez humana es contagiosa? Chi lo sa...

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